Son una chingadera cerrada controlada por Apple, con limitaciones ridículamente artificiales, como no poder ver el sistema de archivos, o instalar alguna app interesante que no esté en su tienda.
Vamos, que una plataforma donde ni siquiera puedo poner un tono de llamada personalizado (o sea, fuera de los preinstalados) sin pasar por caja o sin instalar la mierda esa de iTunes, en mi diccionario directamente es sinónimo de "qué porquería, oye". Y miren que usé durante varios años un iPhone (más por capricho que por otra cosa), pero fue el primero y el último.